Vull… quiero que luches conmigo.

Cómo en casi todas las canciones de Zoo, se tocan varios temas de forma transversal, confirmando que la vida es un sistema complejo y las cosas no son tan fáciles como algunos tratan de presentarlas.

La edad te ofrece perspectiva

La canción empieza diciendo «quiero que las canas que peino hablen» haciendo referencia a la cantidad de cosas que acumulas en tu historia de aprendizaje durante toda una vida: historias, secretos, ansiedad, frustraciones, etc.

A cambio, esa perspectiva permite saber lo que quieres realmente y disfrutarlo de ello al 100%: «quiero que me entres dentro, sin atender a razones, sin miedos». La idea es que canciones como esta te permitan aclarar tus sentimientos con letras reales, honestas y sinceras. Que liberen tu instinto y emociones primarias.

Hay que tomar las riendas

La frase «no vivir luchando también es morir» refleja un mal endémico de esta sociedad. El trabajo y las obligaciones nos adormecen y nos hacen conformistas. Pero no es la sociedad quien se beneficia de ese conformismo sino unos pocos privilegiados que están exprimiendo el sistema en beneficio propio.

¿De qué tienes miedo? ¿De llenarte de rabia? ¿Qué hay de malo en eso? Si sabemos quién son los malos la respuesta es clara «si tiene que llorar alguien, que sean ellos». ¿Por qué no luchar por lo nuestro? Debes creer que puedes y tomar las riendas, «si no me muevo, mal».

«Tu culo pesa más que la moral y tal vez prefieras esconder tu vergüenza» pero hay que ganarles ya, no puedes conformarte con la mierda que te dejan y no debes dejarles elegir por ti.

¿Qué es lo nuestro?

Otra de las cosas que se está perdiendo es la identidad con tus intereses. Tratan de convencerte de que hay cosas importantes que en realidad no lo son. Sólo buscan que te posiciones para poder agregarte y someterte en sus posiciones. Posiciones que sólo buscan tu anexión incondicional para tenerte, de nuevo, cautivo de posiciones y no de intereses.

Pero cuando escarbas un poco te das cuenta de que, la mayoría de la gente «se siente de un lugar, no de un país«. Las personas que nos importan son las que tenemos cerca (física o memoria), y su nacionalidad o su raza suelen tener poco que ver. ¿Por qué debería importarme más un español al que no conozco que un amigo mexicano o egipcio?

Si piensas en lo que te importa a ti, dejarás de defender lo que les importa a ellos, ese pedazo de tierra del que exprimir los recursos. Pero defender ese terruño exige recursos y tú les sales más barato que una empresa de seguridad. Por no hablar de que parte de esos recursos también te pertenece.

No todos tienen nuestra suerte

«Cuando la pelea es vivir, tener un plato caliente es un privilegio» pero eso no debe impedirte ver la verdad. Tener privilegios no te hace libre, un preso que tiene una celda para él solo tiene privilegios, pero sigue siendo un preso.

Así que debes seguir luchando por lo tuyo. Que sean ellos quienes tengan que pararte. Sólo así descubrirás que, a menudo, eras lo único que podía hacerlo y que, juntos, somos imparables. Nuestra lucha es por vivir mejor todos, no para que unos pocos sigan beneficiándose y acaparando la riqueza que a todos nos pertenece.

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