Rocky Horror Picture Show… y la normatividad.

Hay gente que se escandaliza al ver Rocky Horror Picture Show, y es normal. La sociedad es eminentemente conservadora y sus estructuras sociales, sexuales y de género están incrustadas en nosotros. Hoy en día resulta casi imposible diferenciar normal de normativo. De hecho, algunas cosas que deberían parecernos normales están penalizadas por la sociedad. Por eso es importante que exista Rocky Horror Picture Show, porque te ayuda a abrir los ojos a lo que debería ser normal, aunque no sea normativo. Por desgracia, Rocky Horror sólo te ayudará a abrir los ojos si ya los tienes entreabiertos y tu predisposición es la adecuada.

Chabacano e irreverente

El principal problema de Rocky Horror es que sus formas difícilmente gustarán a quien no esté ya maduro, y eso supone una barrera de entrada demasiado grande. Tratar de ridiculizar los estereotipos sociales, sexuales o de género no suele gustar a aquellos que los defienden a ultranza, y ya resultan ridículos a quien los ha superado.

Por suerte, existe una serie de personas que todavía no se encuentran en un lado o el otro, y a esos Rocky Horror puede ayudarles a abrir los ojos.

Si cuando veas Rocky Horror te parece banal o chabacano, es porque dispara contra las bases de la cultura occidental, definida y controlada por estructuras basadas en las distintas religiones y los estamentos sociales privilegiados. Tanto unas como otros están tremendamente relacionadas y sustentan una serie de creencias tremendamente misóginas, represoras y clasistas. Eso ha hecho de nuestra sociedad occidental una sociedad misógina, reprimida y clasista. Si te sientes incómodo viendo Rocky Horror, probablemente esas estructuras están grabadas en ti y tu deconstrucción será difícil.

Rocky Horror Picture Show dispara con irreverencia contra esas estructuras y creencias sin ningún tipo de respeto ni escrúpulo. Quiere que te parezca absurdo, burdo, vulgar. Su irreverencia es tal, que no permiten ni siquiera que sus fans se tomen en serio a sí mismos, porque de lo contrario podrías creerte en algún tipo de superioridad moral cuando sólo eres un «insecto».

¿Tienes dudas? Libérate

Este musical trata de liberar a la gente con dudas sobre su heterosexualidad, su monogamia y las estructuras de género dominantes (aunque haya cumplido 50 años ya, sigue siendo igual de vigente). Brad y Janet (los protagonistas) llegan creyendo en la monogamia, la heteronormatividad y las cuestiones de género clásicas, pero pronto entenderán que su visión es sesgada, limitada y sembrada.

En el castillo aprenderán que existen diferentes orientaciones sexuales y que puedes tener sentimientos muy fuertes con una persona (o varias) independientemente de su género, edad, físico o sexo. Descubrirán que la monogamia es sólo una imposición cultural totalmente contraria a los impulsos fisiológicos y lógicos. Entenderán que la atracción sexual o el amor/cariño, aunque se sustenten en emociones y procesos conductuales similares, a veces están relacionados, pero no siempre tienen por qué ir juntos. Y no pasa nada.

Normatividad vs Realidad

Frank ‘n’ Furter no tiene un género definido, ni una orientación sexual clara. Y tiene que ser así. Aunque en la versión de cine el intérprete es una persona de sexo masculino (Tim Curry) del cual nunca sabremos su verdadero género, en otras representaciones, Frank ‘n’ Furter está interpretado por una persona del sexo femenino, porque el personaje lo permite. Ese es el verdadero espíritu de Frank ‘n’ Furter, no necesitas que sea una persona real, pero puede ser cualquiera de nosotros, independientemente de nuestro sexo, género u orientación sexual.

En una sociedad lo suficientemente avanzada, el género carecería de importancia. ¿Quieres más a tu padre por ser hombre que a tu madre por ser mujer, o a la inversa? ¿Te parece más válida una mujer que un hombre para un puesto concreto, o a la inversa? Cuando seamos capaces de validar las competencias o capacidades de una persona por sí misma y no por un género inventado por algunos, será cuando empezará el verdadero humanismo. Basta ya de decir «no está mal, para ser mujer/hombre».

«Lo normal» no existe. Es el conjunto de cosas que algunas personas han definido como correcto por distintos motivos (normatividad). La moral la suelen marcar organizaciones tan «progresistas» como las religiones (ancladas en su mayoría en preceptos de hace más de mil años) o estructuras sociales (clases privilegiadas) que poseen casi el monopolio del capital y el control de la información. Es buen momento para recordar que el 1% de la gente del planeta controla el 95% de la economía y el 99% de los medios de comunicación masivos.

La normatividad es definir un estándar y acercarte a él. Acercarte a la media. La mediocridad cómo meta.

El Glam asesinando al Rock & Roll

Quizá el movimiento más irreverente en la cultura de finales de los ’60 y principios de los ’70 fue el Glam. Representaba la ruptura con todo aquello que se considerase «normal» o «normativo». Elvis Presley, los Beatles y el Rock&Roll en general (chicos guapos a los que las mujeres adoraban y los hombres envidiaban), representaban el machismo institucionalizado de la sociedad, mientras que el Glam se rebelaba contra esas estructuras machistas.

Hombres que se maquillaban, que vestían como mujeres, que se paseaban del brazo de otros hombres, que exploraban su sexualidad fuera de la heteronormatividad general. Mujeres que se vestían y peinaban como hombres, besaban y amaban a otras mujeres, que experimentaban su sexualidad más allá de su rol de género. Relaciones simultáneas con varias personas de distintos sexos, con géneros fluidos y orientaciones sexuales diferentes.

El rock and roll tiene muchas virtudes a nivel musical, como el futbol las pueda tener a nivel físico o estratégico. Pero ambos, junto con otros muchos elementos de la cultura occidental, salvaguardan una estructura tremendamente misógina y conservadora. Por eso todavía hay tan pocos futbolistas (hombres) que se declaren homosexuales. Por eso, en un musical tan irreverente y reaccionario como Rocky Horror, el rock debe ser asesinado de la forma más cruel posible. Sin escrúpulos ni miramientos.

No lo sueñes conviértete en ello

Si alguna vez te has sentido fuera de lugar o constreñido por normas que no has elegido, sino que sientes impuestas, tal vez deberías dejarte llevar. Como dice Frank ‘n’ Furter, «No lo sueñes, conviértete en ello». Cómo dijo Sabina «de pronto un día, pasaste de pensar qué pensarían».

Si decides dejarte llevar, ten cuidado, porque la sociedad te mirará mal, puede que te persiga y tal vez acabes cómo Frank ‘n’ Furter. Puede que te obliguen a morir tras un doloroso calvario o a esconderte por el resto de tu vida dentro de un armario. Piensa que sus creencias son tus barrotes y, cómo dijo Alan Moore en From Hell: aunque los dioses no existan, pueden joderte la vida (la frase original no es así, pero yo la adapto así).

¿Aun estás leyendo?

Si has llegado hasta aquí y has aguantado toda mi chapa contra la sociedad conservadora que nos oprime, probablemente sea porque has visto ya el musical. Pero, si todavía no lo has visto y has llegado hasta aquí, no sé que haces que no te lanzas a verlo enseguida.

Por cierto, si lo ves y te gusta, te recomiendo acudir en alguna ocasión a una de las proyecciones que se realizan «para fans», no te dejará indiferente y te darás cuenta de que no estás solo en este mundo.

Te espero al otro lado del tunel del tiempo, ya somos muchos allí.

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