¿Es posible predecir el futuro? Aunque tu escepticismo y tu espíritu crítico pueda sugerir lo contrario, esta serie tal vez te convencerá de lo contrario.
Bienvenido al redil de los deterministas radicales.
Determinismo en estado puro
El determinismo es un principio filosófico de la ciencia que defiende qué, cualquier evento que se produzca en el universo, está determinado por una interrelación única de las distintas variables del contexto (propio o externo) de dicho evento.
Pero, ¡cuidado! No confundas jamás el determinismo científico con el determinismo religioso/filosófico, que todo lo que sucede en el universo tenga una causa, no significa que todo lo que suceda en el universo tenga la misma causa o que la causa esté predefinida. Hay cosas que pasan de forma inevitable porque el conjunto de elementos se disponen de una forma determinada para lograr un resultado, no porque alguien/algo lo haya premeditado así. Dios no existe y el karma, tampoco.
Aunque todo esto pueda sonar complejo es, en realidad, muy sencillo. Si se presenta un conjunto de condiciones, entonces las probabilidades de que se produzca un evento son muy altas. Si el cielo está tapado con nubes negras y la temperatura ambiental y la presión atmosférica son bajas, probablemente lloverá. Como ves, no hace falta ningún dios/energía para que el determinismo se manifieste.
Lamentablemente, predecir un evento al 100% es prácticamente imposible en un sistema complejo (que se lo digan a los meteorólogos), deberíamos conocer y analizar absolutamente todas las interacciones que se producen en el contexto de dicho evento, lo cual es prácticamente imposible. En la vida real, la cantidad de interrelaciones que generan un evento podría llegar a ser incalculable (o, al menos, necesitaría una gran capacidad de computación para realizar los cálculos), y de eso trata precisamente esta serie.
Tal y como Harold Finch explica a la máquina en uno de los episodios (cuando la está enseñando a jugar al ajedrez), a lo máximo que podemos aspirar es a determinar con un alto grado de probabilidad la ocurrencia o no del evento a nivel estadístico, tras haber evaluado distintos escenarios. De hecho, en eso consiste precisamente la ciencia, en evaluar distintos escenarios y luego, probabilísticamente, tratar de predecir con el menor nivel de error posible lo que sucederá en el resto.
Una serie muy bien escrita
Si conoces cómo funciona el método científico y la forma de hacer ciencia actual, te enamorarás de esta serie. Si, además, eres programador o te gusta la informática, te fascinará. Ojo, esto no significa que no tenga errores operativos ni saltos de fe, pero se le pueden permitir ya que se entiende perfectamente que los hace para tratar de llegar a más gente. Igual que un divulgador científico debe simplificar algunos conceptos o explicaciones (perdiendo una parte de precisión), Person of Interest se permite ciertas licencias, sobre todo en la parte de programación, para tratar de llegar a casi todo el mundo.
Pero esos pequeños ajustes no empañarán tu disfrute, recuerda que cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Siempre puedes tirar de humildad y pensar que, probablemente, estén usando un dispositivo o un algoritmo muy avanzado que escapa de tu entendimiento. Lo importante es disfrutar.
Una máquina que puede predecir el futuro
El concepto de la serie es sencillo: una máquina observa, escucha y lee todo lo que sucede en un lugar concreto (Isla de Manhattan), establece una serie de relaciones entre los distintos eventos que suceden y calcula la probabilidad de cada nuevo evento relacionado. A través de las distintas cámaras y micrófonos repartidos por la isla, captura todos los elementos del contexto, los procesa y los analiza para determinar distintos escenarios.
Como un científico que observa y analiza el crecimiento de un cultivo en una placa de Petri, tratando de predecir la evolución de dicho cultivo, la máquina observa todo el tiempo la isla de Manhattan tratando de predecir eventos problemáticos. La serie está tan bien hecha (a nivel científico) que la máquina siempre habla de probabilidades, jamás de certezas, cumpliendo de esa forma el paradigma de la selección de conducta por consecuencias de Skinner. El propio Harold Finch explica en uno de los primeros episodios de la serie que no se puede confiar ciegamente en la máquina y que, por ese motivo, es necesario investigar cada número y estudiar su comportamiento antes de lanzarse a actuar (lo que vendría a ser un análisis funcional del sujeto).
La parte filosófica de la serie
Si algo caracteriza a Jonathan Nolan es que trata de plantear sus series desde las preguntas, no desde las respuestas. Algo que cualquier científico agradecerá. Pero la serie no se queda ahí. A través de una serie de acontecimientos y decisiones personales y, sobre todo, del comportamiento de la némesis de la máquina, se explorará la moralidad y la ética desde distintos puntos de vista. A menudo, la propia serie te hará posicionarte de una u otra parte, jugando con tus propios valores.Si algo de lo que la “máquina” hace te parece mal, tranquilo, es normal. Si algo de lo que su némesis hace te parece bien, tranquilo, también es normal. El ser humano es complejo y nuestra conducta depende de un conjunto casi ilimitado de relaciones que conforman nuestro aprendizaje y, mediante dicho aprendizaje, nuestros intereses, miedos, valores, etc. Al final, todos estamos sesgados moralmente y el dilema del tranvía no tiene una solución correcta.
También hay episodios en los que se tratan distintos temas de plena actualidad, como el moldeamiento de las redes sociales (s04e15) o las nuevas formas de blanquear dinero en una sociedad eminentemente digital (s04e16).
¿Procedimental auto-conclusivo? Sí, gracias.
La serie combina magistralmente el desarrollo de varias tramas mediante su inserción en una estructura de episodios auto-conclusivos. En todos los episodios pasa algo necesario para la evolución de las distintas tramas.
Además, combina la trama principal (relacionada con la propia existencia de la inteligencia artificial) con las distintas tramas de cada temporada o de simplemente un hilo de episodios. Nada es realmente determinante en la serie, pero todo lo que sucede tiene parte en el resultado final. Como decía al principio del artículo, determinismo científico en estado puro.
Un reparto casi perfecto
Aunque ninguno de los protagonistas destaca especialmente por su actuación salvo quizá Michael Emerson y Enrico Colantoni, todo el reparto es solvente y cumple perfectamente con lo que se le pide, aunque tengo una especial predilección por Kevin Chapman al que, desde que le vi en Brotherhood, me fascina la capacidad que tiene de destacar, sin destacar. También me gusta mucho Carrie Preston, aunque en esta serie no tiene un personaje tan jugoso como Elsbeth Tascioni que le permita lucirse.
Hasta Jim Caviezel parece buen actor en esta serie, a pesar de parecerme más soso que la merluza hervida sin sal. El resto están correctos en sus papeles con altibajos en sus interpretaciones. Para completar el reparto perfecto está Graubaer’s Boker, un pastor belga Malinois con un registro que supera con creces el de Caviezel.
Análisis por temporada
Aunque todas las temporadas están a gran nivel, no todas están al mismo nivel. La primera temporada por ejemplo tiene, en mi humilde opinión, algunos problemas de ritmo. Entiendo que deben presentar poco a poco a los personajes y sus respectivas motivaciones, pero algunos episodios van muy acelerados y otros muy lentos. Es cierto que lo de hacer episodios clásicos de network (23 episodios de 42 minutos por temporada) creo que, al principio, se le atragantó un poco a Nolan. Además, me gustaría pensar que JJ trató de meter más mano al principio (así le puedo echar la culpa a él).
En el episodio 23 de la primera temporada, descubrimos lo que la serie puede ofrecer cuando pisa el acelerador, algo que se bordará en los episodios 6 a 10 de la tercera temporada los cuales son, en mi opinión, los mejores de toda la serie. Cada temporada tendrá 2 subtramas que hacen las veces de hilo conductor y que en algún momento confluirán. Nolan demuestra (como haría después en Westworld) que es un genio abriendo y unificando tramas.
Los libros en Person of Interest
A pesar de estar todo el rato hablando de informática, programación, inteligencias artificiales y tecnología, los libros tienen una amplia presencia en la serie. Son parte imprescindible del funcionamiento del equipo y la forma en la que la máquina se conecta con los humanos (al menos al principio). En todo momento se hace referencia a libros como herramienta de conocimiento y muchos de ellos, sirven para contextualizar o hacer bromas sobre alguna trama cómo nuestro mutuo amigo de Charles Dickens.
Mención específica merecen 3 libros que aparecen en la serie:
- El arte de la guerra de Sun Tzu, siempre presente en casi cualquier serie de acción americana para justificar decisiones operativas (normalmente violentas).
- El fantasma en la maquina de Arthur Koestler, que hace referencia a la disertación filosófica de Gilbert Ryle sobre la separación de mente y cuerpo (debemos muchas cosas a Descartes, pero también tenía sus días malos).
- Sentido y sensibilidad de Jane Austen, vital en la vida de Harold Finch por un motivo que tendrás que descubrir tú y que desencadena el desenlace de la serie.
En esta página están recogidos los libros que se mencionan en cada uno de los capítulos. Te recomiendo echarle un vistazo, aunque sólo sea por curiosidad.