Aunque las historias de terror me dan miedo y no suelo leerlas, no pude resistirme a leer otra vuelta de tuerca tras ver la adaptación que Mike Flanagan hizo para Netflix. Luego me he enterado de que existen varias adaptaciones más y que, probablemente, esta novela sea uno de los relatos de terror más adaptado de la historia (con permiso de Lovecraft, Poe y Matheson).
¡Ojo, Spoilers!
Si no has visto alguna de las adaptaciones o no has leído la novela no te recomiendo leer este artículo ya que, aunque no contiene destripes “directos” puedo destrozarte la experiencia inicial del relato.
A partir de aquí, si sigues leyendo, espero que hayas tenido una primera aproximación a este relato o a alguna de sus versiones.
Los fantasmas existen
Tras más de 40 años diciendo que los fantasmas no existían, he de reconocer que esta novela y su adaptación a televisión han cambiado mi perspectiva.
Esta novela me ha ayudado a entender que los fantasmas existen, pero no como la mayoría de gente los entiende. No creo en espíritus sobrenaturales, creo que los fantasmas son, simplemente percepciones y razonamientos fruto de algún tipo de desequilibrio neuro-químico (a veces simplemente fruto del cansancio o el condicionamiento), de circunstancias físicas del propio sujeto que los ve (fallos en los sentidos p.e.), de condiciones medioambientales (reflejos, sombras, exceso de luz o falta de ella, etc.) o de simple desconocimiento (ve una noche a un bosque, a una playa o a un callejón oscuro de tu ciudad, cierra los ojos y descubrirás sonidos desconocidos). En la mayoría de los casos, el fantasma, será una combinación única de todo ello.
Tras ver la serie y, sobre todo, leer el libro, me he contemplado a mí mismo analizando los brillos y sombras que veo en el rabillo del ojo cuando he dormido mal, tengo ansiedad o miro durante demasiado rato una fuente de luz brillante (como el sol o la pantalla de ordenador). He recordado como, bajo la influencia de alguna sustancia (medicamento, alimento u otras ;P), he tenido percepciones y pensamientos confusos y he dudado de mis sentidos o mi sensatez.
El título adquiere un nuevo sentido
En este relato, nunca sabes lo que es verdad y lo que no, ya que sólo tenemos el punto de vista de una persona a la que cada situación da otra vuelta de tuerca o ella utiliza para dar otra vuelta de tuerca a quienes la rodean.
En la primera lectura puedes pensar en los fantasmas como algo relevante en el texto. Releer el libro pensando que la institutriz es una persona desequilibrada da una nueva vida a dicho texto. Volverlo a leer una tercera vez pensando que la institutriz es una persona fría y calculadora, ofrece otra perspectiva radicalmente distinta.
Tratar de diferenciar realidad de invención se convierte en un disfrute. ¿Qué parte son recuerdos y cuales justificaciones a su comportamiento?
Maravillosamente escrita
Poder leer el mismo texto desde perspectivas distintas resulta muy gozoso ya que es complicado encontrar incongruencias, sea cual sea la perspectiva elegida. Para lograrlo, el autor utiliza lenguaje poco explícito, con muchos sobreentendidos que favorezcan la interpretación personal del lector.
Leer el relato haciendo diagramas de interacciones entre personajes da medida de la increíble planificación que tiene el texto, máxime cuando se descubren los giros de trama que tienen que ver con la existencia real o imaginada de alguno de los personajes protagonistas.