Este relato cuenta la historia de dos personas enamoradas de una idea: cumplir los patrones de la relación ideal en la época y el lugar en el que les ha tocado vivir.
Dos amantes que no se aman
El protagonista se siente prendado de una mujer misteriosa pero en realidad no la ama, solo tiene capricho por no tener lo que desea. Cuanto menos lo tiene, mas lo desea. Por su parte, la protagonista no está enamorada de ningún hombre sino de si misma. De sentirse deseada y de ser un objetivo inalcanzable. Solo así se siente realizada como mujer.
Un hombre al que le gusta sentir que le ponen las cosas difíciles, pero no demasiado. Y una mujer complaciente, que busca despertar el deseo del hombre aún a costa de su propia vida. Dos amantes que no se aman, sino que cumplen un mandato predeterminado por su género y su contexto.
Una relación estereotipada
Aunque este relato tiene más de 100 años, sigue vigente hoy en día. Todavía hay mujeres y hombres que cumplen con el estereotipo que este relato presenta. Acércate a un restaurante de cierto lujo y mira como se comportan las parejas heterosexuales que veas. Acércate a una clínica de belleza y pregunta a algunas mujeres el motivo su visita. Echa un vistazo a ciertos perfiles de chicas en redes sociales y analiza su comportamiento.
Sin mucho esfuerzo encontrarás mujeres que sueñan con ser la esposa o pareja y amante ideal, tratando de despertar el deseo del hombre a cualquier costa. Con el temor de no ser suficiente. Encontraras hombres que buscan una esposa elegante y misteriosa, que no venda barata su conquista, que le permita alardear ante los demás de su audacia y pericia para la conquista, pero que no les ate ni les exija mucho, más allá de dicha conquista.
Al final de la historia, el secreto de la esfinge es que no existe ningún secreto. Uno y otro solo seguían el guion que este tipo de relaciones estereotipadas marca.