Decían Bunk Moreland y Omar Little en distintas secuencias de The Wire que «un hombre debe tener un código», que en castellano equivaldría a decir que cada ser humano debe regirse por una serie de valores y principios. Por desgracia, muchas personas utilizan principios y valores ajenos cómo código de conducta algo qué, en vez de hacerles libres, les hace esclavos.
No es una historia de amor, sino de valores
Casablanca siempre se ha presentado como una historia de amor, de un hombre que se sacrifica por una mujer que, además, no le corresponde. Pero, si volvemos a revisar la película, descubriremos que la coherencia del protagonista es mucho mayor de lo que parecía y que sus valores y principios están por encima del amor.
De las muchas frases atribuidas falsamente a Groucho Marx, destaca por encima del resto: «Estos son mis valores, pero si no le gustan tengo otros». Esta frase define claramente lo que hoy se ha convertido en un estándar de la sociedad capitalista occidental: preferimos renunciar a nuestros valores que a nuestros objetivos.
Lo que no siempre somos capaces de entender es que «nuestros objetivos» no son realmente nuestros, y que en la mayoría de los casos son una herramienta de control por parte de la sociedad.
Rick
Durante la película se nos muestra en todo momento a Rick cómo alguien con moral laxa. Alguien que no se rige por las convenciones sociales y del que, en general, no puedes fiarte porque siempre actúa de forma egoísta y, a menudo, falta de ética (según los estándares capitalistas occidentales).
En todo momento durante la película, se remarca el hecho de que Rick sólo se ha enamorado una vez en la vida, presentando ese hecho como algo de lo que desconfiar. Pero al contrario de lo que pueda parecer, ese hecho es escenario, no contexto. Lo importante en la película no es si Rick de verdad sólo se ha enamorado una vez, o si eso es algo malo, lo importante es preguntarse ¿qué motivaría a Rick a enamorarse por primera vez o en el futuro?
Rick es un outsider y, cómo tal, no se enamorará porque sea lo que la sociedad quiere o porque esté bien visto. Rick no busca trascender ni destacar socialmente, y no entiende las reglas de la sociedad como propias. Tiene claro lo que es importante para él y su escala de valores marca su conducta. Puede parecer egoísta a ratos, pero al final de la película se entiende perfectamente que no se trataba de egoísmo y que, simplemente, estaba siendo fiel a sus valores.
Laszlo e Ilsa
Los antagonistas de Rick en la película son Laszlo y su mujer Ilsa, una pareja con unos objetivos muy concretos. Su comportamiento, que de entrada parece mucho más admirable y sacrificado a ojos de la sociedad es, en realidad, mucho menos exigente, enfocándose únicamente en cumplir una serie de objetivos, sea cual sea el coste. Estos objetivos están conformados según los valores y principios de otras personas y no son elegidos por ellos.
Según la moral y valores capitalistas occidentales, de raíces judeocristianas, Laszlo e Ilsa se presentan como personas ética y moralmente admirables. Personas que se sacrifican por los demás, que lideran al pueblo y que luchan por liberarlo de la opresión. Pero, en realidad, lo que se está exigiendo de ellos es un sacrificio para que otros obtengan sus objetivos.
El amor, los sentimientos, incluso la propia vida están al servicio de un interés superior, pero que no han elegido ninguno de ellos. Son simples soldados que acatan órdenes y se lanzan al campo de batalla para luchar por los objetivos de otros, los valores de otros, los principios de otros y los beneficios de otros. De nuevo, la moral judeocristiana imponiendo a aquellos que no tienen clara su escala de valores lo que está bien o lo que está mal.
En un momento de la película, Ilsa dice “También era tu causa, a tu forma también la defendías”, demostrando que no entendió jamás las verdaderas motivaciones de Rick. Aunque los objetivos de Rick puedan en ciertos momentos correr paralelos a los de la sociedad, este nunca ha perdido de vista sus propios principios y valores, que son lo que determina sus propios objetivos.
El principio de una bonita amistad
La mejor secuencia para mi gusto, es la última, y define claramente el mensaje de la película. Las dos personas más egoístas (a ojos de la mayoría) son, sin duda, los que más claros tienen sus valores y principios y menos se dejan influir por la moral y la ética que la sociedad trata de imponerles. Además, ambos parecen haber entendido este hecho, y ello supone el principio de una bonita amistad.
Hoy, a mis 48 años, creo que por fin he entendido también este hecho y esa secuencia no sólo supone el principio de una bonita amistad para ellos, sino también para mí gracias a Irene (mi psicóloga).